22 jun 2008

La Batalla de Mons (III)

Viene de: La Batalla de Mons (II)


La lucha continuó por la tarde. Los alemanes decidieron atacar el punto más vulnerable del frente británico, el flanco del Saliente. A las dos de la tarde, baterías alemanas emplazadas en la loma de Haulchin, a unos cuatro kilómetros al este de Mons, entre Binche y Bray comenzaron a castigar a la 3ª brigada. Al poco se advirtió la presencia de tropas de caballería alemana por el sector de Bray a St. Symphorien. Aunque baterías británicas se encargaron de dispersarlas el contrafuego alemán localizó la artillería británica castigándola duramente. La 3ª division británica de Hamilton estaba recibiendo un duro castigo artillero. Haig decidió enviar tropas en ayuda de la 3ª de Hamilton, a la loma 93, para aliviarles la presión. A pesar de los preocupantes informes del flanco este, el mayor peligro estaba en el saliente de Mons.
Ya en retirada, cerca de Frameries, la falta de explosivos evitó que fuesen volados dos de los tres puentes que cruzaban el canal. Los alemanes los cruzaron poniendo en serios apuros a los Scots fusiliers en franca retirada.
En la zona del "saliente del canal", unidades alemanas - en formación abierta - consiguieron cruzar el canal al oeste de Obourg alcanzando la estación de ferrocarril. Esto complicó la situación de los Middlesex y los Royal Irish. La retirada de ambas unidades se hizo imprescindible ya que la artillería situada en las cotas elevadas al norte del canal y las patrullas de hostigamiento desde el sector de Mons les estaban ocasionando muchos problemas y cuantiosas bajas. Sobre las tres de la tarde iniciaron la retirada. Un poco antes, sobre las dos y media, los Royal Fusiliers –según órdenes del general de brigada Shaw- se retiraron de Nimy a Ciply, con apenas un centenar de bajas. Durante esta retirada tuvo lugar la heroica hazaña del teniente Dease y el soldado Godley al resistir el ataque de tropas alemanas con sólo una ametralladora y cubriendo la retirada de sus compañeros. Por este acto recibieron la Victoria Cross. Dease murió y Godley fue hecho prisionero. En su retirada los Lincolnshire colocaron barricadas en las tres vías que conducían a Mons. Los Royal Fusiliers no fueron perseguidos por los alemanes muy de cerca. Cuando los alemanes decidieron dirigirse a Mons fueron rechazados por la resistencia de los Lincolnshire y por la batería 109ª.
La proximidad del enemigo obligó a los británicos a volar los puentes al oeste del saliente. Pero de los tres puentes sólo uno fue volado. Al caer prisionero un oficial del regimiento de ingenieros en el puente de Nimy, las tareas de instalación de las cargas explosivos se hizo con la ayuda de francotiradores. La descoordinación y la proximidad del enemigo provocaron que o bien no se recibiesen las órdenes de retirada o bien se recibiesen órdenes de resistir hasta el último hombre.
El caos imperante en el movimiento de las tropas británicas provocó que una gran mayoría de éstas fuesen rodeadas por las tropas alemanas en el llamado saliente del canal, entre Nimy y a lo largo de la carretera que llevaba a la ciudad. A pesar de los esfuerzos que se realizaron para coordinar una retirada ordenada hacia una línea de defensa planificada, no hubo un movimiento uniforme desde las posiciones del canal, y las unidades del ejército británico comenzaron a mezclarse entre ellas, y lo peor: el mando tuvieron que asumirlo en algunos casos los suboficiales. En este punto, la historia oficial reconoce que el movimiento de repliegue o retirada no fue en absoluto ni ordenado, ni eficaz.
Los alemanes, por su parte, no acabaron de aprovechar la situación de caos en las filas británicas al anochecer. Incluso llegaron órdenes de alto el fuego.
El total de bajas de este primer enfrentamiento entre tropas británicas y alemanas en Mons fue de unas 1.600 en las filas británicas entre muertos, heridos y desaparecidos. Prácticamente la mitad de éstas fueron de dos batallones, unas 400 del 4º de los Middlesex y 300 del 2º de los Royal Irish ambas de la 8ª brigada que estaba en el saliente del canal. Pero lo peor estaba aún por venir. Llegaron noticias alarmantes: se verificó la retirada del Vº ejército francés de Lanzerac, sin que éste advirtiese a French de que le descubría totalmente su flanco izquierdo y dejaba a las tropas británicas en una situación muy comprometida, pues los pasos del Sambre quedaban sin defensa alguna. Finalmente, Joffre advirtió a French de los movimientos de Lanzerac.
Sir John French decidió que la única posibilidad de recuperar la línea y cerrar el vació existente entre las tropas de la BEF y las francesas era una retirada en dirección a Cambrai para reestablecer el contacto con los franceses en su flanco derecho. Cuatro cuerpos de ejército alemanes se aproximaban a marchas forzadas hacia las posiciones británicas.
Mons es un episodio histórico pero como la mayoría prismático por las conclusiones que ofrece. Algunas fuentes, siempre británicas, hablan de 5.000 bajas alemanas. Sin embargo, según la perspectiva del analista o especialista, la batalla de Mons ofrece diferentes versiones. Otras lecturas que ofrece Mons exponen que los alemanes comprobaron el potencial británico y las posibilidades de que éstos pudiesen retrasar y entorpecer su avance hacia territorio francés. Otros opinan que el Ir Ejército alemán no supo aprovechar su clara ventaja frente a un enemigo inferior en número y en potencia artillera.
Sir John French consideró que era preciso escapar para salvar el resto de su ejército. Ordenó retirada hacia la posición de Valenciennes-Maubege, sus órdenes eran que el Ir Cuerpo de Haig cubriese la retirada de IIº de Smith-Dorrien que se atrincheraría en el sector de Dour.
La Batalla de Mons mostró cuan efectivo podía ser un ejército bien entrenado, cuan mortífero podía ser el fuego de fusilería británico contra un ejército superior en número y en piezas de artillería. Pero las fuerzas expedicionarias británicas y su mando se percataron pronto de que sus flancos estaban al aire y que antes de caer en un embolsamiento era preciso retirarse. La retirada continuó hasta el sur del rio Marne en la que sería denominada The Great Retreat o la Retirada de Mons.

Continua: The Great Retreat o la Retirada de Mons

15 jun 2008

La Batalla de Mons (II)

Viene de: La Batalla de Mons (I)

Al alba del 23 de agosto de 1914, Sir John French reunió en su cuartel general de Sars-la-Bruyère a los generales Haig, Smith-Dorrien y Allenby con el propósito de preparar el enfrentamiento con las tropas alemanas. En primera instancia, les ordenó que enviasen órdenes para reforzar la línea defensiva que iba a lo largo del canal Mons-Condé y que los puentes que lo cruzaban estuviesen listos para ser volados en caso que el enemigo los tomase. Sin embargo, la desinformación imperante en el estado mayor británico provocó que –según algunas fuentes- Sir John French ordenase o sugiriese que las tropas estuviesen prestas para un ataque enemigo y que en todo caso, si se daban las condiciones favorables, se preparasen para avanzar en toda la línea. Pero una vez comprobado el potencial enemigo, de forma unánime se convino que la situación de las tropas británicas no era nada favorable para este último supuesto ya que la línea defensiva formaba un saliente en el que el enemigo podía atacar desde tres frentes.


Otro de los hándicaps a los que tenían que hacer frente las tropas expedicionarias británicas era el terreno, sobretodo la zona donde se hallaba situada la 5a división. Se trataba de una zona de difícil acceso, con pronunciadas laderas que llevaban a las orillas del canal, acequias, pequeños montículos de ruinas y escombros junto con restos industriales.
La mañana del domingo 23 de agosto amaneció con una leve llovizna acompañada de una ténue neblina. Pero al poco, sobre las diez, escampó.
Cerca de Obourg, Nimy y Pommeroeul hubo intercambio de disparos entre la caballería germana y la infantería británica. A pesar de estas escaramuzas, los mandos británicos no tenían ninguna duda: el grueso del ataque alemán se concentraría en el flanco izquierdo de la línea, la que iba paralela al canal. El II Cuerpo de Smith-Dorrien tendría que hacer frente al ataque de seis divisiones de infantería alemanas y una división de caballería.
El avance en filas cerradas y ordenadas de la infantería alemana en el centro del ataque mostró que el Alto mando alemán no conocía tampoco el número de tropas a las que se enfrentaba ya que apenas esperaba oposición. El certero y contínuo fuego de fusilería británico en estos primeros avances causó una gran mortaldad entre las filas alemanas.
Sobre las nueve de la mañana, la artillería alemana situada en las lomas al norte del canal abrió fuego sobre las posiciones del 4º de los Royal Fusiliers y del 4º de los Middlesex. El fuego artillero germano fue el preludio del ataque de la infantería alemana por el flanco derecho de la línea. Unidades del IX Korps marcharon hacia el saliente creado por las líneas británicas, centrándose en la zona que iba de Obourg a Nimy. La primera unidad alemana en arremeter contra las posiciones inglesas en Nimy fue el 84º regimiento. El avance en cerradas líneas de ataque hizo que las bajas alemanas fuesen muy cuantiosas. Igualmente, la efectiva técnica de fusilería británica (unos quince disparos por minuto) hizo creer a los soldados y a los mandos alemanes que el ejército británico contaba con muchas más ametralladoras de las que tenían en realidad A las diez de la mañana, ante el fuerte empuje, una sección de ametralladoras del de los Royal Irish se unió a los Middlesex para frenar a los alemanes.
Los ataques en formación cerrada alemanes dieron paso al intento de avanzar en pequeños grupos bajo la frondosa cobertura de los bosques cercanos a las posiciones británicas. A medida que avanzaba el día, los combates se intensificaron en dureza y se amplió el sector de ataque.
A pesar de la intensidad de los combates, las tropas situadas en el "saliente del canal" recibieron órdenes expresas de mantener las posiciones hasta el límite. Pero sólo las pudieron mantener hasta las 11 h. de la mañana. En este sector del frente, sin la protección del canal y en forma de saliente, los alemanes atacaron con una división entera. Los defensores británicos eran dos batallones. Los alemanes consiguieron ligeros avances pero a un coste muy elevado en vidas.
Un oficial alemán describió así la situación de la BEF: "Están [...] bien atrincherados, ocultos, el enemigo dispara un endiablado y mortífero fuego ... nuestras bajas augmentan, las oleadas cesan hasta que el ataque se para. Con graves pérdidas el ataque se dio por finalizado".
La batalla de Mons fue generosa en actos heroicos: cerca de Nimy, el soldado alemán A. Niemeyer realizó una hazaña al lanzarse al agua bajo intenso fuego enemigo para reabrir el mecanismo de un puente levadizo para que las tropas germanas lo cruzasen. Niemayer pagó con su vida la heroicidad. El frente de ataque se amplia.
Sobre las 11 de la mañana, el IIº Cuerpo británico de Smith-Dorrien entró en acción en Jemappes, a unos tres kilómetros de Mons. Los primeros obuses alemanes cayeron detrás de la posición de los Scots Fusiliers. La línea que formaba el IIº Cuerpo era tan fina que parecía una cadena de pequeños grupos de soldados. En vista de la fragilidad de la línea se ordenó realizar tareas de atrincheramiento en la retaguardia del saliente y detrás del canal, en un segmento que iba de Frameries a Dour.
Los Scots Fusiliers, debido al número y la fuerza del empuje germano, fueron retirados de posiciones de vanguardia con lo que las tropas germanas avanzaron hasta doscientos metros del puente de la esclusa 2. Allí fueron frenados por el intenso fuego británico.
A unos cientos de metros de Jemappes, en la zona del llamado puente de Mariette, el 5º de los Fusiliers de la 9º brigada logró frenar el avance alemán. Desde la parte norte del puente, lograron resistir ... hasta que la artillería alemana les hizo recular y cruzar el puente en dirección sur. Apostados y protegidos lograron evitar que los alemanes cruzasen el puente.
Más al oeste, en el sector de Tertre una densa alambrada de espino, los diques y el fuego cruzado de los West Kents y los Scottish borderers de la 13ª brigada desde las orillas del canal frenaron el avance de los Brandenburger grenadiers de la 5ª división alemana. Finalmente, con la ayuda de la artillería de campo, los alemanes lograron abrirse camino. Los inglese tuvieron que retirarse en este punto.
La defensa del puente de St. Ghislain por fuerzas de los West Kent, las ametralladoras de los King’s Own Yorkshire Light Infantry (KOYLI’s) y media compañía de los King’s Own Scottish Borderers fue tenaz. El grueso del ataque se trasladó unos cientos metros más al oeste, en el puente de Les Herbieres, pero el 52º también con gran pericia logró frenarlos.
Los alemanes, desde las once de la mañana hasta poco antes de las dos de la tarde habían intentado romper la línea al este de Mons sin mucho éxito y con grandes bajas. La lucha continuó por la tarde.

Continua en: La Batalla de Mons (III)

13 jun 2008

Fields of battles: 1914-1918

http://www.westernfrontphotography.com/main.php (revisada el 13 de junio de 2008)

Impresionante, genial, sublime. Pocos calificativos describen mejor el contenido de este site. Fields of battle: 1914-1918 es un recorrido visual por los diferentes escenarios y paisajes donde tuvieron lugar las batallas más cruentas y estremecedoras de la Gran Guerra en el Frente occidental. Michael St. Maur Sheil -responsable del proyecto- es el artista que ha plasmado de forma exquisita y técnicamente perfecta la tregua que la Naturaleza firmó con el hombre después de la barbarie. Hay heridas que no se cierran jamás, la Tierra es testigo de ello y St. Maur uno de los notarios que mejor lo ha certificado. Decidí escribir este breve comentario aún bajo el impactante efecto de las imágenes para poder plasmar mejor mis impresiones. Semanas después estimo que no era necesario, todavía hoy cierro los ojos y las tengo en mi mente.
A nivel técnico y conceptual, el trabajo está a caballo entre la fotografía documental y la artística, pero no precisamente por este orden. El artista ha intentado, consiguiéndolo, someter al espectador a una catarsis, en la que la magnanimidad de la Naturaleza para con el hombre le devuelve la dignidad perdida y le redime de la barbarie. La Naturaleza pasa página mostrando su máximo esplendor. Bosques, cañadas, valles, colinas y cultivos heridos o desaparecidos renacen en el objetivo de St. Maur.
Por encima de armisticios, treguas y leyes humanas, la Tierra en el renacer de sus cenizas redime al hombre en su infinita piedad. Y las brumas y nieblas así como otros elementos ocupan cual tropas silenciosas el paisaje en continuas oleadas estacionales.
A momentos, la contemplación de estas tomas me recuerdan a algunos pasajes del film de Dupeyron, La Chambre des officiers. En la Chambre, el alma humana y semidivina trasciende por encima de la carne y de lo inhumano. Así en las fotografías de St. Maur los elementos de la Naturaleza en su eterno contínuo lamen las heridas de la Tierra y perdonan al hombre.
La gran mayoría de las imágenes son preciosas. Mención especial merecen las del sector des Vosges, concretamente las de la Tête des Faux. Arte en estado puro.
El recorrido debería realizarse en un respetuoso silencio aunque Spiegel im Spiegel de Pärt convierte esta visión en un retorno a lo más profundo de nosotros.
Buen viaje.

Entre otros aspectos, destacaría en el apartado Resources la guía de alojamientos que facilita para visitar los lugares del Frente occidental. Se trata de un recurso muy útil para los aventureros.

9 jun 2008

La Batalla de Mons (I)

La batalla de Mons fue el primer choque armado de la Primera Guerra Mundial entre las Fuerzas Expedicionarias Británicas (BEF) y el Ejército imperial alemán. Mons forma parte juntamente con Charleroi, el Sambre e incluso la posterior batalla de Le Cateau de los enfrentamientos bélicos que han recibido el nombre de las Batallas de Fronteras en los prolegómenos de la Gran Guerra.
La batalla de Mons no fue un hecho aislado, sino que marcó el inicio de lo que lo se denominó – ya en su momento – como The Great Retreat (La Gran Retirada). Algunos especialistas o analistas prefieren denominar o hablar de este movimiento como de estabilización del frente, aún así sin eufemismos y con la realidad de los hechos, el ejército británico comenzó un repliegue prolongado en toda la línea para hacer frente al ejército alemán, alinearse junto al Vº ejército francés en retirada y evitar sobretodo el ser rodeados por el ejército alemán y aniquilados. Mons marcó el punto de arranque de un repliegue que no finalizaría hasta después de más de una semana de una durísima y accidentada retirada en la que volverían a tener lugar enfrentamientos armados de mayor importancia que el de Mons, como fue la batalla de Le Cateau.
La importancia de Mons en términos militares, estratégicos y tácticos es ciertamente escasa. Sin embargo, dependiendo de la óptica o escuela a la que se pertenezca siempre habrá quien quiera verla o bien como una defensa honrosa y heroica, un éxito táctico de las tropas británicas o bien como un paseo militar alemán. No cabe duda, que no fue ni una cosa ni la otra.
Si bien el Ir Ejército alemán de von Kluck tenía en su mano el haber aplastado a las fuerzas británicas - la desproporción entre ambas era importante en cuanto a número de efectivos y potencia artillera - sí que es destacable que las tropas británicas al mando de Sir John French lograron por un breve intervalo de tiempo resistir al hasta ahora imparable avance alemán.
Dos factores, incluso tres, concurrieron para que esto fuese posible. Por un lado, las tropas británicas formaban un experimentado y profesional ejército que se caracterizaba por su movilidad y versatilidad en combate, así como por un potente fuego de fusilería. Otro factor que explica la enconada defensa fue la naturaleza del campo de batalla. Ésta, se libró en el marco de un canal y los accesos (puentes) para cruzarlo, amén de un posible rodeo. De esta forma, la dura y persistente resistencia de la infantería británica entorno a los puentes fue la que más demoró y frenó el avance alemán. Un factor clave y determinante, como sorpresivo, fue el alto el fuego que ordenó el Alto mando alemán después de constatar la retirada de las fuerzas británicas. En este punto, los especialistas sí que han logrado una unanimidad al afirmar que de no haber cesado el fuego el resultado con seguridad hubiese sido otro. Pero esto último queda para el desarollo de las tesis ucrónicas sobre la Primera Guerra Mundial.

Para observar con más mayor perspectiva lo sucedido en Mons el dia 23 de agosto de 1914 es necesario estudiar con mayor detenimiento los hechos:

El ejército alemán entró en Luxemburgo el 2 de agosto de 1914, penetrando en Bélgica, cerca de Lieja, al día siguiente. El gobierno británico declaró la guerra a Alemania el día 4 de agosto de 1914.
Diez días después, el 14 de agosto de 1914 las fuerzas expedicionarias británicas formadas por dos cuerpos de ejércitos (el Iº comprendía las divisiones 1a y 2a y el IIº la 3º y 5º división), una división de caballería, la 5ª brigada de caballería y la 19ª brigada de infantería desembarcaron en territorio francés con el objeto de reunirse con el Vº ejército francés al mando del general Lanzerac, cerca de Charleroi en el Sambre, para hacer frente al ejército alemán. Sin embargo, antes de que ambos ejércitos estableciesen contacto, la caballería británica advirtió la presencia de tropas alemanas en Soignies el dia 22. Éstas informaciones fueron corroboradas por el servicio de observación aéreo que confirmó el movimiento de un importante contingente de tropas alemanas. Se trataba del Ir Ejército alemán bajo el mando del general von Kluck que se desplazaba hacia el sector de Mons empujando a su vez los restos del ejército belga derrotado. El ejército alemán de desplazaba en masa hacia el oeste, siguiendo el movimiento envolvente que figuraba en el Plan Schlieffen, por el cual el ala derecha del ejército imperial alemán debía rodear la capital francesa por el sur para luego cerrar la bolsa encaminándose hacia el este. Con objeto de realizar esta compleja maniobra, el ala derecha alemana fue reforzada de forma sobresaliente. Aunque los especialistas planteen sus dudas sobre las posibilidades reales de que esta maniobra envolvente triunfase.

El Alto mando británico, según algunas fuentes, obvió las advertencias de los servicios de la inteligencia militar en que le advertían del peligro de encarar al ejército alemán con las tropas disponibles. Así, el mismo día 22 la BEF se situó en el extremo izquierdo de la línea aliada, cerca de la localidad de Mons. Mons era el epicentro de una zona dedicada primordialmente a la mineria y a la industria pesada. El paisaje lo formaba un terreno coronado por pequeñas colinas y cruzado por numerosos canales, vías férreas y carreteras.


French ordenó a sus cinco divisiones que estableciesen posiciones defensivas a lo largo de unos treinta kilómetros del canal Mons-Condé, justo en el flanco izquierdo del Vº ejército francés. El IIº Cuerpo de Smith-Dorrien con aproximadamente 36.000 efectivos recibió la difícil misión de defender una posición de más de treinta kilómetros de largo, entre el puente en Le Petit Crépin (este) y el puente en Obourg (oeste). A la derecha de Smith-Dorrien, mirando hacia el este estaba situado el Ir Cuerpo de Haig en una posición muy dificilmente defendible debido a su forma de cuña. Aún así, French contaba con poder resistir el empuje alemán con la fuerzas francesas en su flanco este. Pero, el aliado francés pronto inició una retirada estratégica lo que dejaba a French y su BEF sin cobertura por su flanco derecho, y lo peor superado en gran número por el ejército alemán en caso de enfrentamiento: unas 70.000 tropas británicas contra 160.000 alemanas, y 300 piezas de artillería contra 600 alemanas.

Continua en: La Batalla de Mons (II)

8 jun 2008

Exposición sobre la Gran Guerra en el parque de atracciones del Tibidabo

En el transcurso de la investigación sobre el artículo de Los Alemanes del Kameroon encontré este curioso anuncio sobre una exposición-muestra que se había instalado en el parque de atracciones del Tibidabo de la ciudad de Barcelona. El recorte está extraído de la publicación "El Diario de Barcelona" del mes de mayo de 1916. La revisión de la publicación meses antes y después muestra que la exposición se dilató en el tiempo.Lo curioso no es haber localizado el anuncio sino que ya en época tan temprana como 1916 algunas instituciones de recreo se dedicasen a mostrar aquellos escenarios y batallas del conflicto que estaba consumiendo el continente europeo en una guerra devastadora. La instalación de este tipo de exposiciones demuestra el interés de un público ávido de notícias que deseaba plasmar en un mapa o en una maqueta todo el imaginario que desprendía la Gran Guerra.

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